lunes, 17 de septiembre de 2012

La Hora de Tomar las Riendas de Nuestra UNiversidad (Sobre los Claustros y Colegiaturas)

La Hora de Tomar las Riendas de Nuestra UNiversidad (Sobre los Claustros y Colegiaturas)




Un Contexto Necesario…




Hoy el movimiento estudiantil afronta grandes retos; la diferencia radica en que ahora son retos construidos por su propio avance, son los retos que le exige a la juventud el país y la historia luego de que fuéramos conscientes de nuestra fuerza, de nuestro papel y de nuestra vocación activa, transformadora, transgresora y por tanto rebelde y creadora de una nueva Educación. Hemos entendido que es necesario y urgente transformar el panorama educativo del país, reivindicar la educación superior para la vida, la creatividad, la cultura, la creación y la imaginación de nuevos caminos, nuevos rumbos para la Educación como parte de un nuevo rumbo para el País.


El País, la sociedad y el pueblo que también ahora avanza en redimirse de la exclusión histórica a que ha sido sometido, han visto con esperanza el renacer de una generación de hombres y mujeres que pintados de colores, de dignidad y vehemencia, inundan las calles, plazas, auditorios y aulas de clases con sus consignas, enarboladas por un espíritu unitario. En momentos en que el campo popular y social requiere de la unidad y la convergencia, de la acción conjunta y contundente y de la intransigencia ante el orden establecido, la comunidad estudiantil demuestra que es posible, necesario y potente la consecución de la Unidad, la Organización, la Lucha y la propuesta como contenidos de un torrente de sueños que están por realizarse. Y como con entusiasmo reconocemos, con humildad, cuánto hemos avanzado, entendemos, en consecuencia, hacia donde dirigirnos, los obstáculos a superar. Estamos seguros de poder hacerlo, porque queremos hacerlo, y por ello avanzaremos en la construcción de la MANE.


En el V plenario de la MANE, definimos tres aspectos centrales para nuestro caminar: la necesidad de fortalecer la MANE desde los espacios locales, regresar a nuestros campus a retomar el trabajo colectivo, a fortalecer la discusión conjunta, la construcción de propuesta, a recomponer el sujeto colectivo constructor de victorias avanzando con toda amplitud, diversidad y empeño en avanzar organizativamente en lo local, agendar nuestras luchas locales, desarrollarlas sin temor y con vehemencia; retomar la movilización, local y nacional, para posicionar nuestra propuesta, para irrumpir de nuevo en el campo de disputas sobre la educación, de la mano, con la humildad y compromiso de la juventud, del movimiento social y popular, apostando por la paz, la justicia social en momentos en que el país reclama nuestra voz en el sueño de un País con soberanía, democracia y paz; la última de nuestras apuestas, luego de la sanción de nuestra exposición de motivos, y por tanto de nuestra inscripción digna en las hojas de la historia que cada vez más se escriben con letra de dignidad y lucha por parte del pueblo, posicionar nuestra propuesta, avanzar en la construcción de nuestro articulado y construirlo y difundirlo en todos los campus del País.


El Gobierno Nacional puede pretender hacer conejo a los y las estudiantes. Cooptar al movimiento estudiantil. Perseguirlo y señalarlo, pero no podrá acallarnos, hemos echado a andar, y ya nada nos detendrá, nuestra vocación unitaria, nuestra consciencia del compromiso histórico que hemos asumido, y la dignidad que rebosa en cada uno de nosotros, son las evidencias, y garantías, de que las cartas están jugadas, y nuestros logros avizoran pasos de gigantes, de esperanza y transformación.


Hoy, en momentos en que es innegable la crisis de la UN como proyecto público, democrático y democratizador, en el que la UN pareciese perder su rumbo en materia académica, administrativa y social como resultado de la implementación de un modelo de UN ajeno a las necesidades del país, mezquino a las propuestas de la comunidad universitaria, y funcional a las demandas del mercado por el congelamiento de su financiación por parte del Estado y la adecuación a la autofinanciación por parte de las administraciones Palacios, Wasserman y Mantilla; surge la necesidad de retomar las banderas del cogobierno universitario, de la democracia como condición de autonomía real, y de la Calidad académica como contenido de una UN que construya realmente Nación. En ese contexto, la coyuntura actual de los claustros y colegiaturas, y del Plan de Desarrollo de la UN implican la participación de toda la comunidad universitaria, no para legitimar un proceso viciado que no es para nada democrático, sino para tomar ante las directivas la iniciativa en la construcción de nuestra Universidad, para reactivar el movimiento estudiantil y retomar las luchas locales y conducirlas hacia la reivindicación de la UN como la conciencia crítica de la Nación.


Los Claustros y Colegiaturas…


Dividiremos la exposición en tres aspectos: la metodología de los claustros, el contenido e implicaciones de los documentos en discusión, y las propuestas de acción. Todos estos elementos nacen de la discusión del Comité Nacional de representantes de la UN, algunas mesas locales, la MANE y consideraciones personales sobre el proceso. El ánimo, es determinar vías de debate y discusión colectiva de cara a afrontar este proceso.


Una Metodología Conducente a Confusión y Legitimar un Proceso no Democrático:


La metodología propuesta por la Universidad, es cuando menos, conducente. El documento base, que en síntesis es un diagnóstico que omite el pregrado, la autonomía y que no formula el contenido de las líneas de acción de la propuesta, genera confusiones y una falsa idea de participación al señalar las preguntas orientadoras. Este documento, que se pública a destiempo según el cronograma de las directivas, genera la idea de que el plan está por construir, y que para ello son los claustros, sin embargo, hechos como la iniciativa de revivir el préstamo con el BID por parte del Vicerrector General – Jorge Iván Bula -, el convenio con Corea del Sur de digitalización del Campus, que con las declaraciones del anterior Director Nacional de Bienestar - Juan Camilo Restrepo – reviven el plan de disciplinamiento de la comunidad universitaria, alegando, según el señor Restrepo que “la UDEA es un ejemplo de Bienestar y Convivencia, un referente que debemos tomar en cuenta desde bienestar universitario[1]”. Las anunciadas modificaciones al Estatuto General – que es en últimas el esquema de toma de decisiones y participación en la Universidad – y la unificación del estatuto docente, son muestras de que pese a la idea que genere el documento, ya están en marcha las líneas de trabajo de las directivas pese a no haber un plan de desarrollo construido, y por tanto, que el proceso es un simulacro que pretende legitimarlas antes que construirlas.


Este documento, que en últimas sugiere más vacíos que certezas, está construido en la idea de alivianar la crítica que instauramos el semestre pasado acerca de la inexistente oportunidad de participación de la comunidad universitaria en las decisiones de la UN. Expresa cuán preocupadas están las directivas de construir legitimidad en la UN, al punto de buscar lavar la fachada acerca de la realidad de la democracia en la UN. Decimos lavar la fachada pues no es de interés de las directivas garantizar una real participación, como lo demuestran los ejemplos citados en el párrafo anterior.


Aun más cínica es la encuesta sobre el Plan, el margen de acción de las respuestas en mínimo. La metodología de la misma, la formulación de las preguntas y formas de respuesta, induce confusiones – la segunda pregunta valora en 1 como mínima y 5 como máxima, mientras que la tercera, extrañamente, valora como máxima 6 y 1 como mínima -. Establece de entrada que no hay valoración negativa, las opciones son maniqueas – es decir los criterios son incluyentes y las variables no permiten establecer correlaciones o agrupar problemáticas – e implican un “escoja que es lo menos positivo”.


Este panorama se hace aún más evidente en su intención, al revisar los tiempos del espacio. Tengamos en cuenta que los claustros son convocados en medio de la semana universitaria, de modo que la participación se vea limitada por la agenda de la misma; la aprobación del Plan de Desarrollo, proyectada para el 11 de Diciembre, es otra muestra del desinterés de las directivas para con la participación masiva en el proceso, pues en dicha fecha, acudiendo a la histórica estrategia, estaremos en vacaciones. La pregunta por la sistematización también surge en este contexto, ¿Quién y con qué criterios se definirá el documento de resultado de los claustros y colegiaturas?, la pregunta de si serán tenidos en cuenta esta dada en la medida en son y serán consultivos, como la consulta para Decanos y Rector, dichos espacios. El criterio para sistematizar será el de Planeación, cuyo director asegura, que “si hay una propuesta inteligente será tenida en cuenta” aclarando que “quién decide sobre el plan es el mismo que decide sobre quién es el Rector, el CSU”[2].


En conclusión, el proceso de discusión, como está planteado, dará continuidad a la idea de que simular participación es lo mismo que garantizarla. Este es un proceso que de entrada está definido a favor de las directivas – recordemos que es el Rector quién convoca, a bien lo tenga, los claustros y colegiaturas, los tiempos y mecanismos de los mismos – y que pretende confundir a la comunidad, y generarle falsas expectativas acerca de la apertura de las directivas a debatir y construir con la comunidad educativa el rumbo de la UN.


Un Documento Incompleto, que esconde y omite a conveniencia la propuesta de Mantilla:


Vayamos ahora al documento de “Ideas Rectoras” presentado como insumo central de la discusión. Ya hemos hecho notar como algunas de las políticas señaladas en el documento, pese a su indefinición en el mismo, ya están andando y buscan ser legitimadas en los claustros. Intentaremos precisar algunas observaciones acerca del documento:


· La perspectiva del Documento, sus alcances: Este plan de Desarrollo tiene 2 aspectos asociados que es importante anotar; en primer lugar, está pensado para definir no solamente los aspectos centrales de la política de la Universidad a 3 años. Ha sido enfático el Rector en señalar que la idea, como se expresa en el documento base, de generar unas líneas generales que no se agoten a 3 años, sino que se proyecten a 2032[3], es decir, que la discusión que tenemos al frente es una cuyas implicaciones se verán implementadas durante 18 años para la Universidad. Lo anterior refuerza el llamado a participar críticamente en el proceso, y a entender las implicaciones de la lucha que tenemos por delante. En segundo lugar, este Plan viene asociado con otras reformas de alto alcance, lo que demuestra una vez más como ya está definido y andando: Reforma al Estatuto de Planeación, necesaria según Mantilla para lograr delinear el plan a 2030; Reforma al Estatuto General, que ha venido siendo planteada en varios espacios, aunque no se ha adelantado nada de parte de las directivas acerca de su contenido, esta discusión es importante por cuanto tiene que ver con el gobierno universitario, las unidades académicas, dependencias y dinámica interna de la UN, es decir, es el debate sobre la autonomía, la democracia y la relación entre lo administrativo o lo académico como eje estructurante de la UN. Por último, la también anunciada modificación del estatuto docente, de la cuál salvo su unificación – existen 3 estatutos docentes en la actualidad – no es mayor la información existente.





Estos hechos implican que tras el plan de desarrollo vienen asociadas una serie de modificaciones de gran trascendencia para la UN, y que el planteamiento de Mantilla no se agota en este Plan, de hecho, es el Plan de Desarrollo una parte de todas las modificaciones que pretende hacer en la Universidad.





· Descentralización Administrativa[4]: Ya ha sido anunciada la idea de la descentralización administrativa para las sedes y las facultades. Esta idea revive el viejo modelo intersedes, que buscaba descentralizar entre otras cosas, la contratación, gestión e inversión de modo que las unidades académicas y/o administrativas tengan autonomía en ese aspecto, implicando incluso la contratación entre facultades o sedes, y apostando a, por ejemplo en el marco del nuevo esquema de asignación de recursos por regalías, aumentar la gestión de recursos propios para la UN. Es una lógica de sálvese quién pueda, y que cada uno contrate como quiera y a bien tenga, además de ello, implica que a nivel central se desentienden las directivas de los conflictos de la UN, que ahora los resolverían cada sede, facultado o unidad básica – esta idea es similar a la de la descentralización de la constitución del 91. Valga anotar que es esa la perspectiva actual de las sedes de frontera, y que bajo la misma, se han modificado administrativamente todas las sedes de la UN, y varias facultades.


· Academia: Este es un punto medular de la propuesta, se vislumbra la idea de la misma en el planteamiento “En este plan será prioritaria la evaluación de la reforma académica reciente”[5]. La estandarización del conocimiento como base de la internacionalización es evidente, “encausar los avances logrados reconociendo su función de legitimación y validación del conocimiento ante la comunidad académica internacional y específicamente cada disciplina, cada currículo mediante procesos de acreditación, la comparabilidad y compatibilidad de títulos, la doble titulación (…)”[6]. La continuidad del fortalecimiento desordenado de posgrados, que alcanza un 103% pese a mantenerse la planta docente congelada y aumentarse la matrícula en pregrado. La idea elitista de acceso y deserción, desconociendo las problemáticas sociales, culturales y políticas de la comunidad universitaria – bienestar, acompañamiento – y reproduciendo con ello la idea, que se busca profundizar, del estudiante vago, irresponsable y abstracto de la reforma académica de la que Mantilla fuese autor. Frente a la investigación y extensión, queda en el diagnostico, y en el objetivo, explicita la ausencia del pregrado frente a las mismas, y la intención de fortalecer el posgrado como horizonte de la UN.


· En materia financiera, más allá de los lugares comunes, vale la pena señalar el préstamo que intenta revivir las directivas con el BID, las alianzas público privadas para Bienestar universitario. Y la afirmación de las directivas, que niegan el planteamiento del documento, de ajustar la Universidad al presupuesto actual, de modo que podamos planificarla sobre la base de la disponibilidad de recursos actuales. Llevamos muchos años pidiendo una modificación a la ley 30 en materia de financiación, sin lograr avances significativos. Debemos ahora establecer nuestras proyecciones sobre la base de la situación financiera[7]


Sobre los Claustros como Momento Fundante de un Nuevo Paso para el Movimiento Estudiantil en la UN:


Así las cosas surge la necesidad de participar en los claustros, y no dejar pasar esta arremetida de las directivas contra el carácter público y la vocación crítica y transformadora de la Universidad. Sin embargo, la participación que hagamos de los claustros y colegiaturas debe ser una participación crítica, pues como hemos demostrado, el proceso pese a su real carácter excluyente y demagógico, se presenta como la oportunidad de tomar la iniciativa ante las directivas y reorientarlo hacia la construcción organizativa y programática de los procesos locales de la UN.


En ese orden de ideas consideramos importantes las siguientes ideas para trabajar este espacio:


· Autonomía y Democracia: La exigencia de que los espacios de claustros sean tenidos en cuenta, y por tanto sean decisorios, es fundamental. El ejercicio de discusión y reflexión de la comunidad universitaria no es un accesorio de la definición política de la Universidad, es y debe ser su hecho fundacional y las directivas deben reconocerlo, al fin de al cabo no estamos como comunidad universitaria cerrados a debatir con las directivas. De este modo, la exigencia de que la comunidad universitaria, de modo que pueda superar en algo las taras de la metodología institucional, de participar con las directivas de la sistematización de los insumos de los claustros y colegiaturas, es otra garantía de respeto y reconocimiento a nuestro papel y nuestras propuestas.


Sin embargo la discusión no versa solamente sobre la metodología del proceso, debemos retomar la consigna del cogobierno y la participación plena, garantizada, reconocida e incidente en las decisiones de la Universidad, ello es además central para allanar el camino hacia la discusión sobre el Estatuto General. El reconocimiento de las formas colectivas de construcción del estudiantado dentro de los estatutos, la revisión de los mecanismos de toma de decisiones en la UN, y la idea de comunidad educativa como triestamentaria, deben hacer parte de una apuesta central en el proceso: el cogobierno como forma democrática de construcción de universidad, y por ello, base de un ejercicio real de autonomía responsable, entendida la responsabilidad como el entender el papel de la UN hacia el país, y reivindicarlo, llevarlo a la práctica y defenderlo.


Esto además de ser una bandera programática, debe ser una práctica nuestra a construir o reactivar en los claustros, de allí que es fundamental exigir y construir agendas propias de reunión, discusión y organización de los espacios locales reunidos en claustros, es decir, que uno de los resultados de los mismos sea la reactivación de las dinámicas locales en lo organizativo, programático y reivindicativo. Aprovechar el espacio para definir agendas de trabajo que fortalezcan la unidad de las y los estudiantes, de estos con los demás estamentos, alrededor de las problemáticas puntuales de los espacios locales que demandan solución.





· Calidad Académica: La necesidad de una revisión de la reforma administrativa - mal llamada académica – y la construcción de una reforma académica integral, que incluya un bienestar universitario que garantice las condiciones para el desarrollo de la vida universitaria en toda su complejidad es no solo necesaria, sino urgente. La lógica costo beneficio introducida por el acuerdo 008, y sus implicaciones en materia de deserción, presentada unilateralmente como vagancia por las directivas, así como la coercitividad introducida por la misma en los requisitos, estímulos y sanciones que conlleva, son hechos inaceptables, probados y que demandan transformación por las y los estudiantes. La reconstrucción de la rigurosidad, la capacidad de investigación desde el pregrado, y la reivindicación de este como parte del proceso formativo, en una franca relación no financiera sino académica con el posgrado; de la mano con una revisión de la proyección de los egresados de la UN presente en la investigación, extensión y las mallas curriculares, así como lo referente a planta docente, infraestructura y pedagogía son centrales en este aspecto de cara a una academia rigurosa, crítica, transformadora, con vocación de transformación y construcción real de conocimiento y país.


· Avanzar en la Construcción de Nuestra Propuesta de Educación Superior: Esto implica apostar por dar a conocer los avances que hemos logrado a nivel nacional en materia de propuesta de una nueva educación superior, expresados en la exposición de motivos de la MANE sancionada en Bucaramanga luego de más de un semestre de trabajo en su construcción en todas las IES del país. Pero también implica dar un paso más en materia de nuestro programa y las luchas que proyecta: Entender que la ley por si misma no resolverá todos los problemas de la educación superior y de las instituciones; así como apostar por avanzar hacia lo local concretando la propuesta, es decir, construir nuestra propuesta de Universidad Nacional, como ya lo hicimos con el sistema en general, y agendar la pelea por hacerla posible. En ello, las dos banderas anteriores, cogobierno y calidad académica, implican agendar una pelea por lograrlas y un ejercicio de discusión por definir su contenido en particular para la UN. Nuestra ley representa avances gigantes que ganaremos si le arrancamos al gobierno nacional el control de la educación superior, pero ello debe complementarse con movilización y luchas adicionales que complementen ese modelo que proyectamos en la ley. El cogobierno, por ejemplo, no se logrará únicamente con la promulgación de una ley o estatuto, si no se complementa con la lucha local, sin la organización y la movilización nada garantizará que sea real.


· En síntesis, debemos apostar por aprovechar a nuestro favor el riesgo que corrió la administración Mantilla al intentar presentar como democrático el proceso, al convocarlo y al dejar indefinida el contenido del plan: construiremos nuestra propia agenda de discusión, la sistematizaremos animados por el objetivo de construir en el marco de nuestra idea de educación superior, nuestra idea de Universidad Nacional; definiremos las banderas de lucha de un movimiento estudiantil que en la UN reactivaremos en cada uno de los claustros, y al cuál le definiremos colectiva y democráticamente su agenda e iniciativas a desarrollar, en la cuales las luchas locales, el cogobierno y la calidad académica serán centrales. Posicionaremos nuestra propuesta, y llegaremos fortalecidos a nuestro encuentro organizativo, aprovechando los claustros para potenciar nuestra agenda organizativa y programática y agendando los escenarios de lucha que implica la defensa de la UN como conciencia crítica de la Nación. He allí la importancia de participar, para que nos encontremos y definamos nuestro rumbo. Ello será un aporte grandísimo al fortalecimiento de la MANE.


Jairo Andrés Rivera
Representante Estudiantil ante Consejo Superior UNiversitario


Christian Hurtado
Representante Estudiantil ante Consejo Académico



[1] Consejo Académico, Junio de 2012, Medellín.

[2] http://www.ivoox.com/claustros-colegiaturas-la-verdad-del-proceso-audios-mp3_rf_1431424_1.html

[3] Este componente fue presentado en el Consejo Académico de Julio de 2012. Posteriormente fue retirado del documento base “Ideas Rectoras” presentado a la Comunidad Universitaria. Pese a ello, se menciona en la presentación del citado Documento: “ (…) muchas de las soluciones requieren acciones sostenidas a largo plazo, dado que rebasan los alcances de un plan a tres años.(…) se plantea como uno de los objetivos a lograr (…) el que la Universidad se piense y planee su desarrollo con un horizonte al año 2032; para que este ejercicio sea, además de legitimo, incorporado a la normatividad de la Universidad, se deberá modificar el Estatuto General y adoptar el estatuto de planeación” . Negrita nuestra. Pp. 5.

[4] Ideas Rectoras. Objetivos Estratégicos y Estrategías. Prospectiva, Jurisprudencia y Legitimidad. Pp. 57.

[5] Ideas Rectoras. Objetivos Estratégicos y Estrategias. Liderazgo Nacional e Innovación Académica. Pp. 56

[6] Op. Cit. Pp. 57

[7] Ignacio Mantilla, en los asuntos del Rector en el Consejo Académico de Julio.

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