8 y 9 de Junio: Días del estudiante
Para recordar por qué vale la pena pelear por la universidad
Recordamos el histórico papel crítico, de transformación y propuesta de los estudiantes en el momento en que el gobierno nacional propone, mediante la Nueva ley de educación superior, convertir a las universidades -refugios del saber- en “refugios seculares de mediocres” donde por encima del conocimiento está el lucro. Los estudiantes nos preparamos para el semestre que viene, donde habrá que reivindicar que la inteligencia está por encima de la mediocridad, y así mismo la acción colectiva estudiantil sobre la indiferencia.
El 8 de junio de 1929 asesinan a Gonzalo Bravo Pérez, estudiante del Colegio Mayor del Rosario, cuando los estudiantes universitarios salieron a las calles en número de miles a tumbar “la rosca”, como le llamaban a la administración distrital en Bogotá. Pese a que los estudiantes logran en ese entonces la destitución del alcalde de Bogotá (y el desmonte de aquella “rosca”), la muerte de Gonzalo Bravo Pérez se convierte en el símbolo de la represión ante la fuerza creativa de los estudiantes. Años antes el manifiesto estudiantil de Córdoba en Argentina, había sentenciado la pretensión libertaria estudiantil, y la firme intención de transformar las universidades: “Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático.”
A los 25 años de la muerte de Bravo Pérez, y en la conmemoración de su muerte, la policía nacional (otra vez) asesina a Uriel Gutiérrez, estudiante de Medicina de la Universidad Nacional dentro del campus universitario. Los estudiantes se sublevan y entran en un momento de enorme indignación que para los gobiernos de la época no son aceptables, al día siguiente asesinan a 8 estudiantes más en la movilización que exigía respuestas por el asesinato. Desde entonces, 8 y 9 de junio son los días del estudiante, para recordar y reivindicar a los estudiantes caídos, pero esencialmente para rememorar que si la autoridad ve con los ojos del crimen a los estudiantes, es porque expresamos la idea de construir justicia social, libertad de pensamiento y expresión, y subvertir la opresión económica, política e intelectual, elemento criminal para quienes han convertido la corrupción y el despojo en sus prácticas cotidianas desde su atril de gobernantes o directríces.
El movimiento estudiantil (es decir: los estudiantes en movimiento, en acción) en general tiene una esencia emancipadora, creadora y transformadora. Está compuesto de jóvenes rebeldes, de ideas subversivas, de utopías en arcilla, de arte, canción, poesía, ciencia y pensamiento crítico. Como diría Salvador Allende “Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción”. La esencia de una juventud crítica, es pensar qué tipo de mundo se quiere construir, y qué tipo de universidad debe aportar a su construcción.
El gobierno de Juan Manuel Santos presenta la idea de modificar las universidades radicalmente mediante la propuesta de Nueva ley de educación superior (reforma a la ley 30). Los estudiantes se movilizan, se organizan y se disponen a forjar la fuerza para echar atrás la afrenta de gobierno. El semestre que viene deberá ser un semestre de mucha imaginación, de mucha propuesta, de mucha indignación desde los estudiantes frente a la idea de hacer de nuestras universidades del conocimiento “universidades sinónimo de lucro”. De hacer con nuestra educación lo que hace años hicieron con nuestra salud: sumirla en la enfermedad. De poner a nuestra educación en la permanente austeridad presupuestal, o sumirla en la cultura del negocio (la universidad es esencialmente para producir saber, no dinero sucio), la baja calidad académica, y la enorme inequidad en el acceso a las universidades. Cabe preguntarse ¿Que tipo de país se está construyendo bajo la idea de este tipo de universidad que se nos propone en la Nueva ley de educación superior?
Es necesario prepararnos para actuar, para movilizarnos, para deliberar, para la asamblea, para llevar la académia a las calles, e incluso de ser necesario, para la asamblea permanente. El momento político ha vuelto a poner al movimiento estudiantil en el torrente de los tiempos, y corresponde a los estudiantes dar un papel a su accionar, encausar sus gestas en las líneas de la historia, y reivindicar para quienes aún creemos en la condición humana la tan necesaria dignidad rebelde en las universidades, que geste la siempreviva imaginación subversiva de aquellos estudiantes que en palabras de Martí “son el baluarte de la libertad, y su ejército más firme”.
FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS - FEU COLOMBIA
6 AÑOS CONSTRUYENDO CAMINOS DE UNIDAD!
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